La piel puede verse afectada por distintos factores: el tabaco, el alcohol, el estrés, tomar sol sin protección, el viento, el frío y la falta de sueño, entre otros. En especial en momentos en que la piel está expuesta a los rayos ultravioletas durante mucho tiempo, las membranas celulares que protegen la piel se ven duramente afectadas por la formación de moléculas reactivas de oxígeno. Estos agentes, más conocidos como radicales libres, pueden desactivarse mediante un consumo elevado de distintas vitaminas.
Vitamina C: Además de ser antioxidante, este nutriente ayuda a combatir las arrugas debido a que estimula la producción de colágeno, encargado de formar el tejido conectivo.
Se encuentra fundamentalmente en las frutas y verduras frescas como: kiwi, pimiento rojo, naranja, limón, perejil, etcétera.
CinC: Combate y previene los daños que produce el sol. Por otro lado, actúa en conjunto con la vitamina C en la producción del colágeno, y trabaja con la vitamina
A en la reconstrucción de los tejidos y en la cicatrización de heridas. Se encuentra principalmente en: levadura de cerveza, pan integral, germen de trigo, huevos y productos lácteos.
Selenio: Actúa de la misma manera que el cinc en la protección de los rayos solares, aunque tiene otras propiedades importantes.
En primer lugar, es un antirradical, es decir, combate los radicales libres, reduciendo a su vez la incidencia del cáncer de piel.
Por otro lado, favorece la absorción de la vitamina E, que se destaca por sus propiedades antioxidantes, y del betacaroteno y la vitamina C. Por último, este mineral previene el envejecimiento prematuro y colabora en la desintoxicación del organismo.
Se encuentra en especial en el pescado, el germen de trigo y la levadura de cerveza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario