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domingo, 15 de febrero de 2009

LA OBESIDAD EN LOS NIÑOS ¿COMO COMBATIRLA ?

Sección Obesidad


La obesidad constituye un problema de salud pública y es uno de los padecimientos epidémicos de los países desarrollados, en los últimos años por imitación y consumo de alimentos con alto valor energético se han incrementado su frecuencia en México.

En los países en desarrollo la población más afectada es la de clase media.

Debe desaparecer la idea o creencia de que la "gordura" en los niños es sinónimo de salud, o que con la edad reducirán de peso. Para evitar la obesidad es conveniente que desde los primeros meses de la vida los niños adquieran un buen hábito alimentario.

Es común que se piense que será transitoria y tan solo una expresión del crecimiento y desarrollo del individuo, desafortunadamente esta opinión no solo es aceptada por la mayoría de las personas, sino por algunos médicos, que no le dan la debida importancia cuando la detectan.

La edad de aparición en 50 por ciento de los casos es antes de los dos años, el resto se observa en los periodos de mayor crecimiento, particularmente en la pubertad y adolescencia. 

En práctica médica institucional como en la privada, cada día es más frecuente enfrentarse a niños y adolescentes, que generalmente provienen de clase media y alta.

La obesidad está asociada a 300 mil muertes por año. Aproximadamente un 80 por ciento de los adolescentes obesos lo seguirán siendo durante el resto de su vida, menos del cinco por ciento de los adultos que pierden peso son capaces de mantenerse en su peso ideal durante cinco años después del tratamiento y seis por ciento recupera el peso perdido en los primeros seis a doce meses.

La obesidad contribuye entre otras causas a incrementar la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, alteraciones esqueléticas, hipertensión arterial, hipercolesterolemia e inadaptación psicosocial entre las más importantes.

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¿Qué se entiende por obesidad?

La palabra obesidad deriva del latín obesus que quiere decir "Persona que tiene gordura en demasía". Se caracteriza por la acumulación y almacenamiento excesivo de grasa, principalmente en el tejido adiposo. Se manifiesta por un incremento de peso mayor al 20 por ciento del peso ideal esperado por la edad, la talla y el sexo. En los niños, una forma práctica, aunque no exacta, para calcular el peso a partir de los dos años de edad y hasta los cinco, resulta de multiplicar la edad en años por dos más ocho (niño de tres años=3 x 2 + 8=14 kg.) Estos factores tienen que ser cuidadosamente comparados cuando se analiza la obesidad en los niños y adolescentes.
En la mayoría de los casos el médico, los padres y el niño están más preocupados por los problemas sociales que la obesidad origina, que por las alteraciones y complicaciones metabólicas que ésta puede ocasionar.

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¿Cuáles son las causas por la que mi hijo puede ser obeso?

La obesidad durante la infancia y adolescencia es el resultado de una compleja interacción entre los factores genéticos, psicológicos, ambientales, y factores socioeconómicos.
Factores como el estado de salud y el ambiente en que se desarrolla el niño, juegan un papel principal en la génesis de la obesidad.
Factores predisponentes para que un niño se convierta en obeso son: que los padres sean gordos, inadecuados hábitos de alimentación en la familia, es más frecuente cuando la madre es la obesa, en virtud de que ella es la que convive mayor tiempo con el niño.
Actitudes sedentarias como comer golosinas delante del televisor, en el automóvil y durante los juegos de salón o de mesa la favorecen.

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¿Cómo se manifiesta la obesidad?

La creencia de los padres y de algunos médicos de que el lactante obeso es sinónimo de salud es falsa. Inicialmente el aumento de peso es paulatino y progresivo, los padres están contentos porque su hijo se ve sano, después regordete y por último gordo cuando ya sobrepasó el 20 por ciento de su peso ideal.

Son niños por lo general pasivos, reprimidos, tímidos, su gran apetito obedece a una actitud de escape, comen de manera compulsiva, tienen bajo rendimiento escolar y deportivo. Su tez rubicunda, rollizo o rechoncho.

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¿Puede afectar psicológicamente la obesidad a mi hijo?

Sí, la capacidad del niño para discriminar entre el hambre y otras necesidades o afectos se desarrolla en la experiencia recíproca al lado de su madre. Cuando la madre alimenta al niño en respuesta a demandas que no son nutricionales, como ternura, enojo o miedo, él no podrá diferenciar entre lo que es el hambre y estar molesto. Esto provocará una sobrealimentación y la confusión ante las demandas afectivas del niño, que no le permitirán tener una claridad de sus necesidades, lo que generará mayor inseguridad.

El niño y adolescente obesos muestran poca tolerancia a las actitudes de sus compañeros y familiares en relación con su aspecto y aceptación, muy pronto se sienten marginados y rechazados, los insultos de sus compañeros pueden ser destructivos.

Esta condición se exacerba en los adolescentes en los que coincide con los cambios físicos propios de su edad. Ser obeso o tener ligero sobrepeso, esta fuera de moda.

El cuerpo obeso puede representar una protección, un caparazón, una barrera o una máscara como defensa para protegerse de su inseguridad, dependencia y ansiedad.

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¿Cómo puede provenir la obesidad en mi hijo?

A través de modificar los hábitos nutricionales de la familia, principalmente en los padres, quienes a pesar de no ser obesos deben vigilar estrechamente la alimentación de sus hijos y limitar el consumo exagerado de alimentos. El ejemplo de qué alimentos, cómo y cuándo es la mejor forma para educar a los hijos. Ya que compartir los alimentos constituye una actividad social y trascendente en la relación familia, esta oportunidad debe aprovecharse para prevenir la obesidad infantil y evitar llegar al tratamiento que es muy complejo y prolongado.

Alimentar adecuadamente a los niños desde su nacimiento y durante los primeros años de vida, es la mejor forma de impedir que aparezca la obesidad. desde los primeros meses de la vida se identifican los sabores, se conocen los alimentos, sus texturas, se adquieren los hábitos de alimentación, se marcan los gustos y las preferencias por los alimentos.

Mediante la alimentación al pecho materno (libre demanda) el niño consume lo que necesita, mientras que con el biberón se tiende a alimentarlo de más, lo que puede ser el inicio de la obesidad y un mal hábito.

La adecuada introducción de alimentos diferentes de la leche materna entre los cuatro y seis meses de edad es indispensable para prevenir la obesidad, iniciar con un solo alimentos; ofrecerlo por dos o tres días seguidos para conocer si tolerancia; no mezclar alimentos; no forzar su aceptación; ofrecer primero los sólidos y después los líquidos; incrementar progresivamente la cantidad ofrecida; promover el consumo de alimentos naturales, prepararlos sin la adición de condimentos y especies; ofrecer alimentos en textura adecuada para la edad, primero papillas, seguidas de picados y trozos. Hay que recordar que la alimentación en un hábito por lo que deberá adaptarse al horario y al menú familiar, lo que favorece socialización y aprendizaje.

Durante los dos primeros años de vida se genera en los niños el hábito alimentario, a través de cómo, cuándo, dónde y con quién se come.

Reglas para la alimentación, como horarios fijos específicos para los tiempos de comida, determinar el lugar para el consumo de alimentos, indicar cuál es el comportamiento que se debe tener en la mesa, promover una masticación adecuada y marcar el tiempo disponible para el consumo de alimentos, entre otras, serán las bases de los hábitos de alimentación.

Utilizar algunos alimentos y principalmente las golosinas como premios no es conveniente, ya que se encuentran fuera de las reglas, esto puede originar que el niño empiece a tener una preferencia marcada por estos alimentos, al relacionarlos con actos y conductas que ante sus padres fueron positivos.

Ahora señalaremos su tratamiento y la importancia de la participación de los padres en el manejo integral del niño obeso.

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¿Cómo puedo participar en el tratamiento de la obesidad de mi hijo?

El tratamiento del paciente obeso es multidisciplinario. Ante la sospecha de sobrepeso en su hijo debe consultar al médico lo antes posible, quien a su vez se apoyará en el endocrinólogo pediatra, nutriólogo, paidopsiquiatra, gastroenterólogo pediatra y psicólogo, para manejarlo integralmente.

Los padres debemos vigilar que el niño al bajar de peso no presente alteraciones en su crecimiento y desarrollo, no causarle alteraciones metabólicas, disminuir el apetito y tratar de evitar los problemas psicológicos, objetivos todos ellos que se persiguen durante el tratamiento.

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Una forma práctica para lograrlos es a través de los siguientes pasos:

1.- Cambiar el hábito alimentario del niño y la familia.

2.- Dieta adecuada para su etapa de crecimiento y desarrollo.

3.- Ejercicio y actividad física rutinaria.

4.- Participación activa de los padres y la familia.

1.- Educar a su hijo y modificar los hábitos alimentarios familiares, no es tarea fácil, sin embargo se pueden utilizar diferentes técnicas que lo harán más sencillo, y que a continuación recomendamos:

a) Control diario. Consiste en que el niño lleve un registro semanal del consumo de alimentos, especificando la cantidad de cada uno de ellos, así como la actividad física que realiza y por cuánto tiempo.

Evitar las actividades que condicionan el consumo de alimentos fuera de los horarios de comida, como el ir de compras al supermercado antes de haber comido, tener botanas. Consumir alimentos que por costumbre se acompañen de otros hipercalóricos, como hamburguesas con papas y refresco, pizzas, hot dogs y especialmente lo que se conoce como "comida rápida". Comprometer al niño en la observación de su dieta y actividad física, lo hará más responsable y consciente de su problema.

b) Modificar los hábitos dietéticos: Es la etapa más difícil de lograr, ésta puede conseguirse al reforzar los buenos hábitos, como la masticación, el comer despacio, disminuir la cantidad de alimentos, balancear la dieta, evitar las golosinas, tomar agua en lugar de refrescos, no realizar otra actividad simultánea como ver la televisión o distraerlo con juguetes, cambiar los hábitos de toda la familia, plantear metas semanales para evaluarlas e incrementar la actividad física diaria.

Durante el tiempo que el niño esté bajo un régimen dietético y acuda a un evento infantil (fiestas, kermesse, etc.) deberá recomendarle que podrá comer y reforzar su conducta ante cualquier circunstancia social, a través de felicitarlo por su comportamiento y premiarlo con un estímulo afectivo.

2.- Dieta adecuada: Bajo prescripción médica se aportarán los requerimientos calóricos diarios del niño, de acuerdo a su etapa de crecimiento y desarrollo. Es conveniente sugerir los alimentos que habitualmente se consumen y particularmente aquellos que más le agradan al niño, así el médico podrá seleccionar de ellos aquellos que sean adecuados para la nueva dieta.

En la medida de lo posible y de acuerdo con su edad individualizar la dieta, fraccionarla en las comidas del día y de preferencia con el sistema de intercambios para elegir alimentos. Recordar que la prescripción dietética es sólo una parte del tratamiento nutricio.

Las dietas muy bajas en calorías no están indicadas para niños ni adolescentes, generalmente son dietas que se emplean por periodos muy cortos y que no modifican la conducta alimentaria, lo que tampoco se recomienda en niños. No olvidar que el niño pertenece a un entorno social en el que la alimentación juega un papel trascendental.

Los malos hábitos alimentarios de los padres los aprenden los hijos, agregar sal antes de probar los alimentos usar azúcar en exceso, condimentos, salsas y aceites, son algunos de los ejemplos que durante las comidas del día, el niño adquiere, inicialmente por imitación y que posteriormente repite, lo que generará un mal hábito para su vida futura.

3.- Ejercicio rutinario.- Este favorece el gasto de energía y contribuye a disminuir de peso. Incorporar al niño y adolescente a la actividad física diaria es un principio indispensable. Se recomienda que esta actividad la realice acompañado de los padres, hermanos o amigos con una frecuencia de 3 a 5 días por semana, iniciarlo con una duración de 15 minutos e incrementarlo hasta una hora. Actividades como caminata, natación, ciclismo, o bien, algún deporte de interés y diversión para el niño como jugar futbol o patinar son siempre un ejercicio. Por otra parte, se debe propiciar la actividad física diaria en casa, tratar de caminar más, subir escaleras en lugar de utilizar elevador y andar en bicicleta. Disminuir las actividades sedentarias por largos periodos, como son ver televisión, usar la computadora y juegos de video.

4.- Participación de los padres.- Esta es la acción más importante de todo el tratamiento. De los padres depende en gran medida el tipo, cantidad y la preparación de los alimentos que comerá el niño. Es muy útil modificar los hábitos alimentarios de toda la familia, no comprar alimentos que el niño no puede consumir, utilizar platos pequeños, ofrecer porciones pequeñas, mantener los alimentos fuera de la vista del niño y educar con el ejemplo.

En ocasiones los padres condicionan indirectamente la obesidad de sus hijos, al ofrecer alimentos para distraer la atención de los niños, les brindan golosinas en los momentos en que están "ocupados" y no pueden atenderlos o los premian con pasteles, dulces, chocolates y helados.

Convivir durante la alimentación del niño, poner límites y compartir los alimentos en familia, favorece el instituir buenos hábitos.

A partir de la edad escolar es conveniente hacer responsable al niño de seguir las recomendaciones de la dieta, siempre supervisado por los padres, quienes deben estar convencidos y de mutuo acuerdo con todas las medidas que se llevarán a cabo para alcanzar el éxito del tratamiento.

"Recordar que la alimentación es un hábito que se adquiere en el seno familiar"

6 PASOS PARA PERDER PESO

Sección Dietas


La grasa corporal constituye aproximadamente de 15 a 20 % del peso de nuestro cuerpo en condiciones ideales.

Para un hombre y de menos del 25 % para una mujer también en condiciones ideales, sin embargo, la cantidad de grasa corporal está determinada por factores genéticos y ambientales, especialmente la dieta y actividad física y tanto el exceso (obesidad) como su mala distribución en nuestro cuerpo (lipodistrofias) tienen repercusiones importantes para la salud y en nuestra apariencia física.

Desde un punto de vista celular, la grasa corporal o tejido adiposo, está constituida por 2 tipos de células grasas (adipocitos), que forman tejidos de 2 tipos: blanco y pardo (se llaman así por el color de sus células). El tejido adiposo pardo es un tejido altamente especializado en la disipación de calor, participa en la regulación de la temperatura y peso corporal. El tejido adiposo blanco, es un órgano voluminoso metabólicamente activo que interviene en la captación, síntesis, almacenamiento y movilización de grasa a nivel abdominal, ha sido considerado un tejido de reserva energética, por su capacidad de almacenar grandes cantidades de triglicéridos dentro de estos adipocitos.

Los triglicéridos tienen el máximo contenido energético y por tanto, la grasa de estas células constituye una reserva de combustible muy importante. Así que cuando comemos más de lo que necesitamos la veremos reflejada en forma de esas llantitas, gordos o chaparreras en diversas partes de nuestro cuerpo

Ahí están los 6 pasos que necesitas para comenzar a ver cambios en poco tiempo sin recurrir a remedios mágicos ni express, la grasa solo podrá oxidarse por medio de una buena dieta, un buen programa de entrenamiento y mucha disciplina y paciencia.

Dependiendo del nivel de grasa con el que te encuentres en el momento de iniciar un programa nutricional para eliminar grasa, ésta la eliminaras en base a este estado inicial, no es realista esperar que en 6 semanas adquieras un cuerpo completamente definido y marcado si tu nivel de grasa oscila arriba del 20%, aún si tu dieta y entrenamiento están muy bien diseñados es cuestión de tiempo perder ese exceso de tejido adiposo que no se acumuló por arte de magia.

Ahora, antes de mostrarte el ejemplo de cómo es una dieta bien diseñada para este fin, me gustaría explicarte que alimentos y nutrimentos debes consumir para que entiendas mejor este proceso de cómo se diseña una dieta, aunque no te prometo que te convertirás en un experto en diseñar programas de alimentación, al menos tendrás una idea de porqué se deben incluir ciertos alimentos y omitir otros.

Consume alimentos con proteína de calidad

No hay nada mejor para conservar el tejido muscular que una cantidad adecuada de proteína de calidad, los entrenamientos intensos y el ejercicio cardiovascular te colocan en un estado eventual de catabolismo, y si a esto agregas una ingesta pobre de proteína, el resultado será que perderás una buena cantidad de músculo y eso es exactamente lo que no quieres, como fuentes de proteína de calidad te recomiendo que consumas los siguientes alimentos:

Pechugas de pavo

Pechugas de pollo

Carne de res (cortes magros)

Atún en agua

Salmón

Algunos quesos bajos en grasa

Y desde luego, puedes complementar tu dieta con una buena cantidad de suero de leche en polvo.

Por cierto, no hay que olvidar que las 20 claras de huevo pasadas con un jugo de naranja, deben estar en la basura por muchas razones que ya explicamos en esta revista en ediciones anteriores.

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Consume carbohidratos complejos con un índice glucémico moderado

Así es, un factor determinante que influye en la conversión de los carbohidratos en grasa es no solo su clasificación de mono o polisacáridos, este otro factor es el índice glucémico y juega un papel muy importante en este proceso de la metabolización adecuada de los carbohidratos.

Recuerda que algunos alimentos ricos en carbohidratos, tienen distintas respuestas de nuestro organismo para secretar insulina, algunos generan una respuesta de insulina adecuada mientras otros debido a un índice glucémico elevado, ocasionan borbotones de insulina, lo que a la larga promueve el proceso de lipogénesis en el cual los carbohidratos en vez de almacenarse como glucógeno muscular o hepático se convierten en grasa.

Si quieres saber más acerca del índice glucémico lee este artículo, estos son algunos alimentos ricos en carbohidratos complejos con un índice glucémico adecuado y que deben estar en tu dieta para perder grasa, ya que así tendrás una cantidad adecuada de combustible para entrenar intensamente (glucógeno) y no tendrás que preocuparte demasiado en que se conviertan en grasa, a menos que te excedas en su consumo. De ahí la importancia de una dieta adecuada a tus características y necesidades individuales.

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Alimentos ricos en carbohidratos con un índice glucémico moderado

  • Pasta integral
  • Arroz
  • Pan de trigo integral
  • Plátano
  • Harina de trigo en general y si es integral mejor
  • Avena
  • Amaranto
    Papa
  • Camote (a quien le guste:)

Debo aclarar que hay algunos momentos en el día en que si puedes consumir carbohidratos con un índice glucémico elevado ya que requieres de una respuesta rápida de tu organismo para secretar insulina, por ejemplo después del entrenamiento por aquello de la recarga de carbohidratos y en las primeras horas del día que es cuando tus procesos bioenergéticos inician.

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Carbohidratos fibrosos y frigorías

Una dieta sin carbohidratos fibrosos y una que otra frigoría no es una buena dieta para perder grasa, así es, sabemos actualmente que un consumo adecuado de fibra nos ayuda a que se absorba menos grasa y mejora la motilidad intestinal.

La fibra dietética reduce el índice glucémico de los carbohidratos y además te da una sensación de saciedad, los beneficios extras de los vitanutrientes y antioxidantes es otra buena razón para incluir tus espinacas, zanahorias, apio, germinado de alfalfa (crudos por supuesto), y algunas frigorías como la lechuga y la jícama en tu dieta.

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Ejemplo de Dieta

A continuación te muestro un ejemplo de una dieta diseñada para perder grasa y es para una persona que pesa 80 Kg, tiene un nivel de grasa corporal del 20% y entrena con pesas y hace 4 sesiones semanales de ejercicio cardiovascular. Recuerda que es solo un ejemplo y lo que puede funcionar para esta persona no puede serlo para ti.

Desayuno

  • 2 tazas de melón
  • 2 sándwiches de pechuga de pavo

Almuerzo

  • 2 tazas de lechuga
  • 1 lata de atún en agua
  • 1 taza de puré de papa

Comida

  • 2 tazas de arroz
  • 2 tazas de espinacas
  • 200 gramos de carne de res (cortes magros)

Merienda

  • 2 tazas de jícama
  • 1 taza de gelatina light
  • 1 licuado suero de leche en polvo

Cena

  • ½ pechuga de pollo
  • 1 taza de zanahoria
  • 2 jitomates
  • 1 taza de lechuga
  • 1 licuado de suero de leche

Como podrás observar, no es una dieta que restringe las calorías y nutrimentos, pero contiene alimentos de calidad que te ayudan a prevenir una pérdida de masa muscular y promueven la eliminación de grasa corporal.

Contiene una cantidad generosa de fibra y además hay alimentos como la jícama y la lechuga que pertenecen al grupo de las frigorías, las frigorías son alimentos que te proporcionan un ligero balance negativo de energía ya que tu cuerpo utiliza una cantidad mayor de ésta para procesarlos que la que ellos te pueden aportar.

Espero que te este artículo les halla servido de ejemplo y aunque no es una receta que puede funcionar para todos, les da un panorama acerca de cómo es la confección de una dieta que tenga como objetivo quitarte esa capa de grasa que cubre tus músculos y mostrar una sección media en todo su esplendor.

GRASAS Y COLESTEROL

Sección Nutrición


Grasas Saturadas - primer "villano" en la guerra contra el exceso de colesterol. Por su estructura molecular no pueden transportar el colesterol. Se encuentra en productos lácteos, carnes y aceites tropicales. Ejemplos de los alimentos ricos en grasa saturada: cortes grasosos de carne, carnes de víceras como mollejas, hígado, riñones y sesos; embutidos como boloña, "hot dogs", salami, mortadella, salchichas, jamonilla, "corn beef" y otras carnes enlatadas (>3g/grasa);tocineta, pato,quesos, leche íntegra, yogurt, mantecado, yema de huevo, mantequilla, mayonesa, manteca, tocineta, aceite de coco, aceite de palma, mantequilla de cocoa.

Grasas Hidrogenadas - se le ha alterado su estructura molecular añadiéndole hidrogeno para saturarla. Su "solidificación" tiene un efecto nocivo doble en la dieta. Ejemplos: margarina en barra o envase y productos de repostería.

Grasas Desaturadas - ayudan a bajar el nivel de colesterol subiendo el nivel de HDL (cargador que transporta el colesterol hacer sus funciones en el cuerpo humano) y se debe utiliza para sustituir las grasas saturadas. Ejemplos: aceites vegetales tales como canola, azafrán, girasol, maiz, soya, oliva y alimentos como aceituna, nueces y aguacate.

Recomendaciones para reducir y/o mantener su nivel de colesterol en sangre normal:

Debe eliminar, lo más posible, el uso de grasas de origen animal: la fuente más alta y rica en grasas saturadas. Guste del pescado, es rico en grasas desaturadas.

Aumente su consumo de fibra añadiendo a su dieta productos integrales de panes, galletas y arroz; además de viandas y frutas (incluya la cáscara cuando se pueda). Desayune un tazón de cereal rico en fibra, preferiblemente avena; aumente su consumo de legumbres secas tales como lentejas, habichuelas, habas, garbanzos. Puedes agréguelas en las ensaladas, sopas y guisos. Agregue salvado de avena en las comidas como guisos, para espesar y como ingrediente en batidas o en la mezcla para panqueques.

Utilice leche descremada ... es la mejor! Pero si no puede intente con leche de 1% de grasa láctea.

Evite la cafeína. Consuma un máximo de dos tazas de café al día y reduzca el consumo de refrescos de cola, chocolate y té.

Incluya, por lo menos, cuatro servicios de frutas y/o vegetales al día.

Durante la preparación de carnes, elimine TODA la grasa visible. Prepare y confeccione los alimentos sin añadir grasas o salsas. Puede utilizar hierbas y especias como albahaca, orégano, ajo, cebolla, cilantrillo, recao tanto fresco, molido o en polvo. Además, vinagre y jugo de limón. Comience a utilizar la margarina en rocío ("spray").

Cocine en microondas, parrilla, al vapor o al horno sin añadir grasas.

Al menos, haga una comida sin carne semanal.

Trata de reemplazar un huevo por dos claras.

Reduzca las calorías sirviendo porciones más pequeñas y en platos pequeños que parecen más llenos. No pique alimentos a deshora o por placer, ni se sirva en exceso y coma despacio.

Para mantener un nivel normal de grasa en la sangre, debe reducir el consumo de bebidas alcohólicas. Se recomienda tomar solo vinos, especialmente tinto.

No compre productos sin valor nutricional por tentación y menos procure llevarlos a casa. Ya en casa, obligatoriamente se consumen

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